Después de muchos años en el sector de la comunicación social he visto cómo las personas llevan este peso solas, como si fueran un “equipo de una sola persona”. Equipos pequeños, presupuestos ajustados y “lo de las redes” cayendo sobre quien pueda, aunque no sea su especialidad. Esto es una realidad de muchas entidades sociales. 

Y claro, ahí estás tú, sacando adelante lo que puedes, como puedes, y lidiando con tareas super visibles (¡y siempre comentadas!) que te dejan expuesta. Crear un post, enviar una nota de prensa o diseñar un cartel puede ser una montaña rusa emocional. ¿Te suena?

Pero ojo, la comunicación no es solo lanzar mensajes al aire; es construir conexiones y relaciones de confianza. Entonces, la gran pregunta es: ¿cómo pasamos de esta soledad comunicativa a un espacio donde podamos colaborar, compartir y, de paso, respirar un poco más tranquilos?. 

Aquí algunas ideas:

1. Redes locales de Apoyo. ¡No estás sola!. Sal y busca encuentros con otras “comunicadoras solitarias” en tu área. Cambia ideas, comparte experiencias, y descubre nuevos aprendizajes.
2. Fórmate, busca talleres y cursos que puedan ayudarte a mejorar tus habilidades y, si es posible, involucra a otras personas del equipo.
3. Fomenta la participación en las campañas. Implica a otros departamentos y compañeros, compañeras en la creación y ejecución de campañas. Pide ideas, muestra el proceso y celebra los logros con el equipo. 

Vaya reto ¿verdad? Enfrentarse a esto sin un respaldo profesional o un equipo con quien cotejar y mejorar, pueden sentirse como algo imposible. Aquí os dejamos 3 claves que te ayudarán a dar los primeros pasos: 

Vaya reto ¿verdad? Enfrentarse a esto sin un respaldo profesional o un equipo con quien cotejar y mejorar, pueden sentirse como algo imposible. Aquí os dejamos 3 claves que te ayudarán a dar los primeros pasos: 

1. Menos perfección, más conexión. 

Pensamos que la comunicación debe ser perfecta para causar impacto. Pero en realidad, la autenticidad es lo que conecta. Valora la cercanía más que la perfección, y esto te permitirá ser más genuina y menos auto-exigente.

2. Comparte los "borradores" en lugar del producto final. 

Involucra a otros en el proceso creativo, compartiendo incluso las versiones preliminares de tus proyectos de comunicación. Abre puertas a nuevas ideas, pide feedback en fases tempranas y genera una red de apoyo y colaboración dentro de la organización.

3. Transforma los errores en historias de aprendizaje. 

Hablar de las dificultades humaniza la labor y crea empatía. Al compartir estos aprendizajes con colegas y responsables, puedes ayudar a que la comunicación sea vista como un proceso de mejora y no solo como un producto final.

¿Estás lista para transformar la soledad en un espacio de conexión y buen humor? Para trabajar la conexión comunicativa en tu organización, te dejamos estos recursos:

Y por último una herramienta para comenzar a gestionar la conexión comunicativa en tu equipo.