Discrimina injustamente a los trabajadores eficientes y elógialos por errores menores. Así garantizas un ambiente hostil.
Esta semana queremos enseñarte la joya de la corona 👑 un antiguo manual de sabotaje, creado por la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) de la CIA durante la Segunda Guerra Mundial, que ofrece un conjunto de tácticas para desorganizar cualquier lugar de trabajo.
Aunque fue diseñado para desestabilizar a enemigos en tiempos de guerra, muchas de sus recomendaciones podrían pasar como parte de las rutinas normales de muchas organizaciones. Es una auténtica paradoja que estas prácticas de “sabotaje” se parezcan mucho a los obstáculos que nosotras mismas creamos en nuestros equipos.
Quizás, muchas de estas acciones, te suenen familiares... ¿Y si han salido de este manual? Veamos algunos ejemplos de autosabotaje 👇.
La "reunión sobre la reunión"
Crea comités eternos y somete cualquier decisión a debate y revisión hasta el punto de la parálisis. Planifica reuniones interminables y sin preparar.
El jefe que "premia" a los ineficientes
Recompensa a los empleados menos eficientes y "favoritos" mientras se ignora a los competentes, asegurando así una cultura de frustración. No cedas a reconocer los logros reales y, por supuesto, no seas transparente en los criterios de promoción🙄.
Complejizar lo simple
🛠️Elige la herramienta menos eficiente y haz las tareas lo más lentamente posible. Plantea procesos innecesariamente complejos, plataformas redundantes y pasos adicionales que ralentizan las operaciones.
El comité de "análisis paralizante"
Deriva cada decisión a un comité en el que cada opción es tan debatida que se termina optando por no decidir.
Dificultar la comunicación
Haz imposible la comunicación fluida: canales de comunicación confusos, miedo a comunicar errores, difícil colaboración.
Si te has visto reflejada, tú o tu organización, en alguno de estos ejemplos, quizás sea necesario comenzar a pensar en un enfoque de cultura de liderazgo positivo que nos ayude a evitar al agente ruso que todas tenemos dentro. ¿Quieres conocer algunos ejemplos? Ahí van:
Empoderar en lugar de controlar
Confía en el equipo para tomar decisiones. La capacidad de decidir promueve la autonomía y reduce la burocracia. Da margen a cada miembro para que pueda actuar sin temor a la revisión constante.
Valorar la eficiencia
Reconoce y recompensa a quienes logran resultados de manera efectiva. Transforma las métricas de éxito para que valoren el impacto real y no solo el “tiempo invertido” o el cumplimiento de procesos innecesarios.
Simplificar procesos
Revisa los procedimientos en busca de complejidad innecesaria. Pregunta a tu equipo qué pasos consideran superfluos o lentos, y trabaja para eliminarlos o integrarlos de una manera más ágil y directa.
Fomentar decisiones ágiles y con propósito
Evita el “comité eterno” y el análisis paralizante. Una cultura ágil se beneficia de decisiones rápidas y bien fundamentadas. Aprende de los errores, pero no permitas que el miedo a equivocarse detenga el avance.
Promover la comunicación transparente
Facilita un entorno en el que todos tengan acceso a la información relevante y sepan con quién hablar. Abre canales para que se comuniquen los problemas rápidamente y con confianza, fomentando una cultura de apertura.
Al final, es posible que el acto más radical de “no-sabotaje” sea reconocer y aceptar los puntos de mejora y tomar decisiones concretas para cambiar el rumbo hacia una organización más productiva y feliz.