“People talking without speaking,
People hearing without listening.”
("Personas hablando sin hablar,
personas oyendo sin escuchar.")
Vivimos en un mundo ruidoso. Conversaciones por todas partes, notificaciones, reuniones, pódcast, mensajes de voz… Pero, ¿cuántas veces realmente escuchamos? ¿Cuántas veces nos sentimos escuchados de verdad?
Escuchar es mucho más que oír. Es una práctica poderosa que puede transformar relaciones, equipos y organizaciones.
Porque teniendo dos orejas y una sola boca… Tal vez deberíamos escuchar el doble de lo que hablamos.
En nuestra vida diaria podemos explorar cuatro niveles de escucha, desde lo más superficial hasta lo más profundo y generativo. Y ahí, justo ahí, cuando empezamos a rascar es donde empieza el cambio real.
Nivel 1. Escucha de descarga
"Sí, eso ya lo sé"
Escuchamos desde nuestras ideas preconcebidas. Todo lo nuevo se filtra y se acomoda a lo que ya creemos saber.
Con tu pareja, respondemos antes de que la otra persona termine, suponiendo lo que dirá.
Conversaciones en tu equipo donde ya se sabe quién dirá qué… y nadie escucha de verdad.
Decisiones de organización tomadas desde supuestos antiguos, sin escuchar el presente. "Eso no se puede, ya lo hemos intentado"
Nivel 2. Escucha factual
"Oh, eso es diferente"
Escuchamos con la mente abierta, notando datos que desafían nuestros supuestos.
Un amigo nos cuenta algo que no encaja con nuestra visión… y decidimos hacer preguntas en lugar de juzgar.
Retroalimentación basada en datos y hechos, no en suposiciones.
Evaluaciones o encuestas internas que abren la puerta a decisiones informadas.
Nivel 3. Escucha empática
"Estoy contigo"
Nos conectamos con la emoción del otro. Escuchamos con el corazón.
Acompañar a alguien sin intentar “arreglar” su problema, simplemente estando presente.
Espacios de check-in auténticos donde se valida lo que cada persona trae.
Liderazgo que cuida lo emocional, promueve salud mental y genera confianza.
Nivel 4. Escucha generativa
"Estoy presente con lo que quiere emerger"
Aquí nace algo nuevo. Escuchamos con voluntad abierta, más allá del ego o del pasado. Nace o emerge algo nuevo que no estaba antes.
Después de una conversación profunda, sentimos claridad sobre un paso vital.
Cuando se siente “magia” en una reunión, y surge una idea inesperada que resuena con todos.
Procesos de co-creación con clientes o comunidad, donde emergen nuevas estrategias o servicios.
La calidad de nuestra escucha transforma la calidad de nuestras conversaciones, relaciones, nuestras decisiones y nuestras organizaciones.
Y lo que necesita este mundo, tu organización, tu equipo e, incluso, tú misma, no es más ruido; sino más presencia.
Cuando escuchamos profundamente, mejoramos nuestras relaciones, potenciamos nuestra creatividad y la de nuestro alrededor, generamos más confianza, y suelen aparecer soluciones que antes no veíamos.
La próxima vez que estés en una conversación, en una reunión o ante un desafío, pregúntate:
¿Desde qué lugar estoy escuchando?
¿Qué nivel de escucha debería activar?
Escuchar no es solo un acto.
Es un SUPERPODER.
Y puede ser el primer paso hacia liderazgos más conscientes, relaciones más sanas y organizaciones más vivas.
Explora tus niveles de escucha. Te sorprenderá.