#44 La formación continuada: una necesidad estratégica para quienes comunicamos en el Tercer Sector

Toda acción humana ocurre en la red de conversaciones para la acción

Fernando Flores


Trabajar en comunicación dentro de una entidad social es un reto apasionante y, al mismo tiempo, profundamente exigente. A diferencia de otros ámbitos, donde la comunicación puede entenderse como un soporte instrumental, en el Tercer Sector hablamos de comunicación transformadora: aquella que busca sensibilizar, movilizar, generar cambios culturales y políticos, y abrir espacios de ciudadanía crítica.

Ese nivel de responsabilidad exige algo fundamental: nunca dejar de aprender.

La comunicación cambia, las causas permanecen

Las herramientas, plataformas y lenguajes con los que nos comunicamos se transforman a una velocidad vertiginosa. Lo que ayer funcionaba en redes sociales hoy puede estar obsoleto; lo que ayer era tendencia narrativa, hoy quizá no conecta con nuestras audiencias.

Sin embargo, las causas que defendemos justicia social, feminismo, ecologismo, antirracismo, derechos humanos siguen siendo las mismas. Nuestro reto es encontrar formas innovadoras y pertinentes de contarlas, sin perder coherencia con los valores que nos guían. Y para ello necesitamos mantenernos al día, adquirir nuevas habilidades y revisar de manera crítica nuestras propias prácticas comunicativas.

La formación como espacio de reflexión y cuidado

A menudo, en las entidades sociales trabajamos con recursos limitados y bajo mucha presión. Eso puede llevarnos a priorizar lo urgente sobre lo importante, dejando la formación “para otro momento”. Sin embargo, dedicar tiempo a aprender no es un lujo: es una inversión en sostenibilidad.

La formación continuada nos permite:

●     Actualizar competencias técnicas, desde el manejo de nuevas plataformas digitales hasta la producción audiovisual o la analítica de datos.

●     Profundizar en enfoques transformadores, incorporando miradas feministas, ecologistas o decoloniales a nuestra manera de comunicar.

●     Cuidar la coherencia, evitando reproducir narrativas asistencialistas o estigmatizantes.

●     Fortalecer equipos, ya que aprender juntas y juntos genera cohesión y confianza.

En definitiva, aprender nos ayuda a comunicar mejor y, con ello, a cuidar también a las comunidades con las que trabajamos.

Una práctica de compromiso ético

Seguir formándonos no es solo una cuestión de eficiencia, sino también de ética profesional. Quienes trabajamos en comunicación en el Tercer Sector tenemos la responsabilidad de ser rigurosas, creativas y respetuosas con las realidades que visibilizamos. No podemos permitirnos quedarnos ancladas en fórmulas caducas: necesitamos nutrirnos constantemente de nuevos conocimientos, metodologías y perspectivas.

La formación continuada, entendida no como un curso aislado sino como una práctica permanente de aprendizaje y reflexión, es lo que nos permitirá afrontar los retos comunicativos del presente y del futuro.

Porque comunicar bien en lo social no es solo transmitir mensajes: es contribuir activamente a la transformación que nuestras organizaciones persiguen. Y eso, sin duda, requiere estar siempre en camino.

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Consorcio Andaluz de Impulso Social, Isabel Porras 30 de septiembre de 2025
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